lunes, 1 de febrero de 2010

para compartir


No te olvides de tu humanidad cuando te relaciones con la naturaleza.
Hay mucha arrogancia en ser humano. Sin embargo, el poder que los humanos hemos logrado a lo largo de la historia debe servir para ayudar a la naturaleza a preservarse y ser ella misma.
Es el honor de los humanos impedir la destrucción total de lo que siempre existió. Sin embargo, para que esto suceda, hay que hacer emerger la verdadera naturaleza humana. Equilibrada, llena de amor y poder, creativa y respetuosa, capaz de relacionarse con todo lo que existe sin temor y sin hacerse temer.

1 comentario:

fgiucich dijo...

Tratar de bajar de la loma y mirar las cosas en su verdadera esencia. Un texto para coleccionar. Abrazos.