jueves, 26 de junio de 2008

Marcar Diferencia

Hoy haré una diferencia.
Comenzaré controlando mis pensamientos. Una persona es producto de lo que piensa,
Quiero ser feliz y tener esperanzas. Para ello, tendré pensamientos que sean felices y tengan esperanza.
Me niego a ser víctima de mis circunstancias. No permitiré que los inconvenientes triviales como semáforos, largas filas, y aglomeraciones de tránsito me gobiernen.

Evitaré el negativismo y las murmuraciones.
El optimismo será mi compañero y la victoria será mi distintivo.
Hoy haré una diferencia. Estaré agradecido por las veinticuatro horas que tengo por delante. El tiempo es algo precioso. No me permitiré contaminarme ni un ratito por compadecerme de mí mismo, estar ansioso o aburrido. Me enfrentaré a este día con la alegría de un niño y la valentía de un gigante.
Beberé cada minuto como si fuese el último .cuando llegue el día de mañana, el día de hoy se habrá ido para siempre.

Mientras esté aquí, lo usaré para amar y dar. Hoy marcaré una diferencia.
No dejaré que me abatan los fracasos. Aunque mi vida está llena de errores, me niego a revolver en la montaña de mis fracasos. Los admitiré, los corregiré. Seguiré adelante victoriosamente. Ningún fracaso es fatal. Está bien trastabillar….me levantaré. Está bien caerse…me pondré nuevamente en pie.

Hoy marcaré una diferencia.
Dedicaré tiempo para estar con aquellos a quienes amo, mi esposa, esposo, hijos, familia.
Un hombre puede poseer todo en el mundo pero ser pobre por falta de amor.
Un hombre puede no tener nada pero ser rico en vínculos afectivos.
En el día de hoy, dedicaré por lo menos cinco minutos con la gente que es importante para mí.
Cinco minutos de calidad hablando o abrazando o agradeciendo o escuchando.
Cinco apretados minutos con mi pareja, mis hijos, mis amigos.

miércoles, 25 de junio de 2008

ELOGIO A LA MUJER BRAVA


Me llego este texto a mi correo y quiero compartirlo para ver que opinas....

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Por: Héctor Abad

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran 'no más usted me avisa y yo estoy a su disposición', siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinte añeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y busto perfecto, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o actos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!!!!



sábado, 21 de junio de 2008

Cada día es un regalo!!!


Una anciana de 78 años, elegantemente vestida, bien perfumada, perfectamente maquillada y con su cabello arreglado a la moda como acostumbraba estarlo cada día, se dirigía, acompañada de un caballero, hacia un asilo que sería en lo adelante su hogar.
Su esposo había fallecido recientemente, lo que motivaba esta mudanza...
Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.
Mientras se desplazaba con su andadera hacia el elevador, le dictaron una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.
"Me encanta", afirmó, con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota.
"Sra. Jones, no ha visto el cuarto, espere". "Eso no importa", respondió.
"La felicidad es algo que decides con el tiempo.
Si me gusta o no mi cuarto, no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente.
Ya decidí que me gusta.
Es una decisión que hago cada mañana, cuando me levanto. Tengo la elección; puedo pasar el día en la cama, repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que sí funcionan.
Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocaré en el nuevo día y los recuerdos felices que he almacenado sólo por ésta vez en mi vida."


sábado, 14 de junio de 2008

MISTERIOS....


Si tu alma es un broche
que para abrirse a la vida
quiere la calma adormecida
de las sombras de la noche;

Si buscas como un abrigo
lo más tranquilo y espeso,
para que tu alma y tu beso
se encuentren sólo conmigo;

Y si temiendo en tus huellas
testigos de tus amores,
no quieres ver más que flores,
más que montañas y estrellas;

Yo sé muchas grutas, y una
donde podrás en tu anhelo,
ver un pedazo de cielo
cuando aparezca la luna.

Donde a tu tímido oído
no llegarán otros sones
que las tranquilas canciones
de algún ruiseñor perdido.

Donde a tu mágico acento
y estremecido y de hinojos,
veré abrirse ante mis ojos
los mundos del sentimiento.

Yo te volveré al abrigo
de tu estancia encantadora,
donde el recuerdo de esa hora
vendrás a soñar conmigo...

Mientras que yo en el exceso
de la pasión que me inspiras
iré a soñar que me miras,
e iré a soñar que te beso.

Manuel Acuña


lunes, 9 de junio de 2008

Escuchar los Elementos...

Vivimos rodeados de sonidos que no escuchamos, de palabras mágicas tapadas por nuestros ruidos, de mensajes importantes, a veces vitales, transmitidos por las "vidas" que nos rodean, que forman parte de la naturaleza, que quieren decirnos, advertirnos, sobre nuestro errático caminar, pero a las que no prestamos atención porque estamos demasiado ocupados en hacer y en decir, sobre todo en decir. Sólo que nuestro decir está carente de contenido y, sobre todo, es un decir competidor, que pretende ser más fuerte, más alto y mejor que el de los demás, incluso, olvidando aquello de "sólo sé que no sé nada", más sabio que el decir de todos los demás.
Pero una cosa son nuestros desvaríos y otra el correcto devenir de la vida, del orden natural de las cosas, de lo que es por encima de lo que pretendemos que sea o nos gustaría que fuese.
Así, el hombre, es tan sólo un eslabón más en el engranaje de la naturaleza, de la creación.

Un eslabón importante, no tanto por lo que significa ahora como por lo que se pretende que sea en el futuro, por lo que significa en el diseño creativo.

Y ninguna de esas fuerzas es tan poderosa como la de los Elementos.
Todos conocemos directa o indirectamente el poder que existe en un terremoto, en un tornado, en un incendio incontrolado, en las aguas desbordadas o en el mar enfurecido.
Ante ello, el hombre es un muñeco sin voluntad y sin capacidad de reacción. Los que se creen más poderosos se refugian en la oración o en la desesperación.

Los más valientes intentan sobrevivir y el resto se deja en manos del destino.
Esas fuerzas de la naturaleza, que día a día se van multiplicando y reforzando aún más, son los "escuderos" del Creador, del Uno, y con ellos portan un mensaje para la criatura hombre, un mensaje que habla de humildad, de unidad, de respeto a la vida, a la naturaleza, de recuperar el equilibrio perdido y, sobre todo, de escuchar la Voz, el Sonido de los Elementos, que marcan la pauta para un correcto vivir en armonía con todo y con todos.
Es como recuperar la vibración perdida, vibración que sintoniza con el Sonido de la Vida, como si el Uno fuera un director de orquesta que le está diciendo al hombre que desafina.
En el pasado, los hombres vivían en sintonía con la Madre Tierra, con los Elementos. Sabían escuchar sus voces y se guiaban por ellas para tomar sus decisiones. Sabían qué podían utilizar y qué debían respetar. Conocían con antelación los cambios que la Naturaleza anticipaba y podían así prever, en gran medida, sus consecuencias.
Pero todo se ha perdido. Ahora, la Voz se pierde entre las voces. Lo evidente se difumina ante lo interesado. El ruido tapa el Sonido.
Pero sólo será así un tiempo, porque el poder de los Elementos no permite ruidos, ni voces, ni intereses, ni demagogias, ni hombres que se creen dioses.
Existe un Proyecto Original, un Sueño, una Idea. Los Elementos son los guardianes custodios y a la vez los destructores de toda desviación.
El hombre es el punto centro de ese Sueño, la criatura por excelencia, pero debe recuperar el contacto con el Sonido, la humildad y el respeto hacia la Madre Tierra y hacia las demás criaturas.
Sólo así volverá la armonía, sólo así se evitaría la destrucción.
Los Elementos nos hablan claro y profundo. Escucharles significa cambiar, oír sus voces implica recuperar lo perdido.
Nuestros antepasados lo hacían. Aún es posible.



sábado, 7 de junio de 2008

Te invito una taza de café mientras dialogamos...:)


NO CREO en conseguir a una persona que me "llene la vida",
CREO en una vida llena, para poder compartir la felicidad con otra persona.

NO CREO en que el amor lo genera alguien,
CREO en que el amor está en nosotros, si hemos llegado a crecer lo suficiente como para desarrollarlo y mantenerlo, y que de pronto se dispara por personas que comparten pensamientos y sentimientos.

NO CREO en la exclusividad de dar y estar,
CREO en una actitud frente a la vida integral, con diferentes expresiones pero sin condiciones.

NO CREO en el "amor" a primera vista ni en "creer en alguien" en muy poco tiempo,
CREO en hablar el mismo idioma, en la comodidad de estar cerca, en conexiones de energía, como los ríos que se unen en un mismo curso.

NO CREO en el amor de hoy prometido para toda la vida,
CREO en el respeto y en la sinceridad, y en el amor maduro que nos deja espacio para crecer juntos.

CREO en el amor que dos deciden, en el amor que nos da la gana de compartirlo sin presiones y sin exigencias,
NO CREO en esfuerzos "unilaterales" para lograr ser amados.

NO CREO en amar sufriendo,
CREO en amar con armonía. En que el amor es más y nunca menos. En el "te quiero" sin por qué.

NO CREO en amores que cortan, en amores que frenan,
CREO en las relaciones que nos apoyan en los malos momentos, que leen la mirada, que sonríen con el alma, que están.

NO CREO en callarse por no dañar,
CREO en la comunicación como la mejor vía para construir, coincidir y decidir.

CREO en la naturaleza del fluir y coincidir. En el estar centrados para escuchar hasta dónde podemos llegar.

CREO en la absoluta sinceridad al decir "te amo" y también al decir "me voy".

CREO en que la vida la construimos nosotros y
CREO en la frase que dice:
"La vida es 10% lo que nos sucede y 90% cómo reaccionamos ante ello", y lo único que nos puede asegurar que así sea, es tener la valentía de enfrentarla sin miedos en el presente ya que el mañana podría no estar.

CREO completa y ciegamente en el amor puro, integro, incondicional, cálido; ése que es tan profundo, como sensación, como belleza, como entrega, que en esencia no se diferencia del maternal, del fraternal, de la amistad, del de pareja.

CREO que debemos asegurarnos cómo lo hacemos llegar, porque nos toca puntos distintos, pero al final es uno solo el que está en nosotros como consecuencia de tener mente, emoción, sentimientos y corazón.

CREO en Dios como un ciego cree en el sol; no porque lo ve, sino porque lo siente."

CREO en el amor que es compañia...presencia....convivencias...armonia

CREO en dos luchando hombro con hombro para caminar juntos!...


miércoles, 4 de junio de 2008

TU IMAGEN


Lo que estropea tus alas, no es chocar con el cielo... sino cargar con todo lo que traes de la tierra...

Lo que falta en el amor, no es su deficiencia... sino la falta de Fe, sobre ese mal...

Lo que te falta de flores, no es la mala tierra, sino son semillas mal sembradas...

Lo estrecho de tu camino, no es falta de espacio... sino muchos tramos sin cultivo...

Lo malgastado en tu vida, no es falta de tiempo... es abandono de la voluntad...

Lo que falta de realización, no es ausencia de oportunidades... es indolencia para aprovecharlas...

Lo que te llena de vacío, no es lo desprovisto de la vida... ¡Sino la ausencia de Dios!

Necesitas que tu siembra sea árbol... tu levadura fermento... tu pisada camino... tu obra realidad... ¡Y tus alas VUELO... para adquirir lo que te falta...!