domingo, 31 de agosto de 2008

La caja vacia.



Los miembros de cierta tribu del África occidental cuentan la leyenda de la doncella celestial. Sucedió una vez que la gente de la tribu notó que sus vacas producían menos leche que antes. Y no se explicaban el motivo... Un joven se ofreció a velar toda la noche y ver que podía estar pasando. Después de varias horas de espera en la oscuridad, oculto tras un arbusto, vio algo extraordinario. Una joven de notable belleza bajaba montada en un rayo de luna, trayendo un gran cubo. Ordeñó las vacas, llenó el cubo con la leche y volvió al cielo montada en un rayo de luna. ¡El hombre no podía creer lo que había visto! A la noche siguiente puso una trampa en el prado de las vacas, y cuando vino la doncella a ordeñar las vacas, accionó la trampa y la atrapó. "¿Quién eres?" -le preguntó-. Ella le explicó que era una doncella celestial, miembro de una tribu que vivía en el cielo y no tenían con que alimentarse. De modo que le habían encargado que bajara a la tierra de noche y recogiera comida. Le rogó que la liberara de la red, y ella haría lo que él le pidiera... El hombre pensó un poco y luego le respondió que la liberaría sólo si ella accedía a casarse con él. "Me casaré contigo", dijo la doncella, "Pero debes dejarme ir a mi casa por tres días a prepararme". "Después volveré y seré tu esposa".Él estuvo de acuerdo. Tres días después, la doncella regresó, portando una caja grande. "Seré tu esposa y te haré muy feliz", le dijo al joven, "pero debes prometerme que nunca mirarás lo que hay dentro de esta caja". Durante varias semanas, fueron muy felices juntos. Hasta que un día, mientras su esposa estaba ausente, el hombre fue dominado por la curiosidad y abrió la caja. No había nada en ella. Cuando la mujer regresó, vio que su marido la miraba con una mirada extraña y le dijo: "¿Miraste dentro de la caja, no es cierto? Pues entonces no puedo seguir viviendo contigo". "¿Porqué?" preguntó el hombre, "¿qué hay de terrible en que mire el interior de una caja vacía?". "No te abandono porque hayas abierto la caja. (De todos modos, supuse que lo harías)... Te abandono porque dijiste que estaba vacía. No lo está; está llena de cielo...contiene la luz y el aire y los olores de mi casa en el cielo... cuando volví allá por última vez, llené la caja con todo lo que había de más precioso, para recordar siempre de dónde provengo. ¿Cómo puedo ser tu esposa si lo que para mí es más precioso, para ti no es nada?". ¿¿¿Cómo valoramos a nuestros seres queridos??? A veces no entendemos lo que es importante para ellos, cuál es el tesoro interior de cada uno, qué es lo que guardan en sus cajas... Aprendamos a escucharnos, a encontrar en los otros aquellas cosas que valoran y son preciosas a sus ojos, para que nosotros podamos descubrirlas, compartirlas y disfrutarlas junto con ellos!

jueves, 21 de agosto de 2008

Disfruta tu cafè



Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable 'stress' que les producía el trabajo y la vida en general. El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas... Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: 'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo. Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.' Continuó: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos. A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café. ¡Disfruten su café! La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:
* Vivan de manera sencilla.
* Tengan paz.
* Amen y actúen generosamente.
* Sean solidarios y solícitos
* Hablen con amabilidad.
El resto déjenselo a Dios. Y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos .....
Disfruta tu café…

sábado, 16 de agosto de 2008

Territorios desconocidos.



¿Algunas cosas en tu vida te paralizan, cosas de las cuales podrías librarte fácilmente, y sin embargo te aferras a ellas porque te resultan conocidas? Para que algo pueda mejorar, debe cambiar. No puedes pretender seguir siendo el mismo y, simultáneamente, mejorar tu vida.Avanzar significa internarse en territorio desconocido. Sí, encontrarás desafíos nuevos e inesperados. También habrá nuevas y valiosas oportunidades. Sí, será un poquito incómodo, y quizás hasta te de algo de tristeza dejar atrás esas viejas y conocidas fronteras. Pero también estará repleto de muchas oportunidades. Pronto te acostumbrarás a ellas y agradecerás el haber decidido avanzar.Toma el coraje necesario como para salir de tu cómoda y conocida rutina y súbitamente, el mundo se habrá convertido en un lugar diferente. Muchas de esas cosas que te paralizan ya no tendrán la capacidad de hacerlo.Aférrate fuerte a aquellas cosas verdaderamente valiosas y perdurables, y aprende a soltar el resto. Aligera tu carga y avanza en dirección hacia donde encontrarás las más prometedoras oportunidades.

miércoles, 6 de agosto de 2008

A cualquier edad!!!!


¿A que edad he llegado?

Mis pensamientos vuelan y respondo.....

La edad en que se olvidan los rencores.

La edad en que se perdonan los errores.

La edad en que lo más mínimo tiene importancia

Y en que lo que más importa pasa y puede esperar un poco.

La edad propia para amar con las ansias guardadas.

La edad de perdonar y pedir que me perdonen.

La edad en que veo a mis hijos crecer y hacer su vida.

La edad en que las lágrimas afloran calladamente

Por mis mejillas.

La edad en que la sonrisa brota de mis labios

A la menor indicación de la dulzura.

La edad "Amigos" en que esta palabra

Resuena con alegría en mis oídos.

La edad en que amo, y permito que me amen.

La edad en que todo pasa y deja huella.

La edad de los recuerdos y los olvidos.

La edad que nunca voy a olvidar...


sábado, 2 de agosto de 2008

En el viento de la Sabiduria



Un ala tiene plumas

Más no vuela por plumas
Sino por ala.
Un pájaro quería volar por encima de los acantilados...

El era un pequeño que desde su nido veía elevarse a los demás y todos los días se preguntaba porque ellos extendían sus alas y se dejan llevar, y el a duras penas abría las alas y no se podía levantar...

Continuo por años preguntándose lo mismo cada mañana cuando llegaba el viento y sus amigos se alzaban al vuelo y lo único veía volar era su imaginación

Un día pasó un alcatraz el cual lo vio y le pregunto que porque el siendo un pájaro tan grande no volaba y él le contesto que nunca había aprendido, que había visto por años a los demás volar pero que el jamás había podido

El alcatraz le respondió:

Que por más que viera volar a los demás para aprender no solo era abrir las alas sino entender que para subir hay que saber usarlas y que no era el viento lo que hacia subir a los demás sino el saber usar el viento, porque muchas veces miramos volar a los demás y nos preguntamos por que ellos llegan más alto y sin darnos cuenta nos quedamos en el nido ver creciendo nuestras alas pero nunca aprendiendo a usarlas, y no nos damos cuenta que

El viento de la ignorancia siempre nos mantuvo en nuestro nido y no nos permitió elevarnos.