Para vivir alegre y ser feliz no hace falta tener o ser lo que no tengo ni soy; lo importante es disfrutar, reconciliarse y estar contento con lo que uno es y tiene. Ser más y tener más no puede convertirse en la meta que ponga en tensión permanentemente nuestra existencia. Es bueno y noble que deseemos ser y tener mucho más en todo aquello que nos hace mejores seres humanos: más cordiales y cercanos; más solidarios y serviciales.
Termino con algo que escribía hace años: Para ser feliz, te diré, poco necesito:
un amigo cercano. Me gusta oír el canto de un pájaro sin jaula.
Unas flores plantadas.Escuchar reir a carcajadas Para ser feliz, como ves, poco necesito: el corazón abierto a Dios que me ama. Sentirlo cada vez más dentro del alma. Darme cuenta de que existo y gozar al calor de este re-misterio. Para ser feliz, te diré, me conformo con bien poco: sólo con amar a alguien y que a la vez me quieras a mi. Y mantener mi libertad e independencia a costa de todo....¡Ya ves con qué poco soy feliz
